Pensamos en los meses de julio, agosto y septiembre y se nos viene a la cabeza nuestros mejores momentos disfrutando de la piscina y de la playa; y no te quitamos razón, no se nos ocurre nada mejor que eso para combatir los calurosos días de verano. Sin embargo, con la llegada de la temporada más esperada del año, aparecen también reacciones en el cuerpo, ya que el cloro y los productos químicos pueden afectar a los tejidos más sensibles.
El uso excesivo de químicos en las piscinas para mantener el agua limpia acaba por pasar factura, en especial a tu piel y a tu cabello.
En lo relativo al cabello, si la exposición es frecuente (sobre todo en las horas de mayor calor), los efectos del cloro pueden llegar a causar daños. Este tipo de químico elimina los aceites naturales de tu cuerpo, por lo que el pelo queda seco, áspero y quebradizo. ¿No os ha pasado que en verano tras la ducha veis las puntas secas y sin movimiento? Eso es debido al exceso de cloro, el calor y el sol. Este exceso puede derivar, además de en sequedad, en la pérdida de cabello.
En el caso de la piel, sobre todo en los más pequeños, puede generar irritación, hinchazones o pérdida de melanina.
¿Qué podemos hacer al respecto?
En tu piscina
Una muy buena alternativa es recurrir a los purificadores de agua. Estos depuradores ayudan a reducir el cloro entre un 50% y un 80%, una buenísima noticia para disminuir la exposición excesiva de químicos en verano.
Desinfección por bromo o ultravioleta: se trata de un sistema de esterilización de lo más potente, esto se debe a que genera moléculas de ozono.
En tu cuerpo
Después de salir de la piscina, no te olvides de ducharte. Enjuágate cuerpo, cara y cabello.
El cloro deteriora el manto graso que protege la piel, por lo que es muy importante hidratarla tras el baño
Nunca te olvides de la crema solar antes de ir a la piscina. Si a la sequedad del cloro le sumas una quemadura de rayos UVA, además de dejar tu piel seca, podrían aparecer manchas indeseadas.