El uso excesivo de químicos en las piscinas para mantener el agua limpia acaba por pasar factura, en especial a tu piel y a tu cabello.
En lo relativo al cabello, si la exposición es frecuente (sobre todo en las horas de mayor calor), los efectos del cloro pueden llegar a causar daños. Este tipo de químico elimina los aceites naturales de tu cuerpo, por lo que el pelo queda seco, áspero y quebradizo. ¿No os ha pasado que en verano tras la ducha veis las puntas secas y sin movimiento? Eso es debido al exceso de cloro, el calor y el sol. Este exceso puede derivar, además de en sequedad, en la pérdida de cabello.
En el caso de la piel, sobre todo en los más pequeños, puede generar irritación, hinchazones o pérdida de melanina.
¿Qué podemos hacer al respecto?
En tu piscina
Una muy buena alternativa es recurrir a los purificadores de agua. Estos depuradores ayudan a reducir el cloro entre un 50% y un 80%, una buenísima noticia para disminuir la exposición excesiva de químicos en verano.
Desinfección por bromo o ultravioleta: se trata de un sistema de esterilización de lo más potente, esto se debe a que genera moléculas de ozono.
En tu cuerpo
Después de salir de la piscina, no te olvides de ducharte. Enjuágate cuerpo, cara y cabello.
El cloro deteriora el manto graso que protege la piel, por lo que es muy importante hidratarla tras el baño
Nunca te olvides de la crema solar antes de ir a la piscina. Si a la sequedad del cloro le sumas una quemadura de rayos UVA, además de dejar tu piel seca, podrían aparecer manchas indeseadas.